Mariano Fernández Bermejo ha tenido una intensa trayectoria en la carrera judicial. En el año 1974 ingresó en la carrera Fiscal y entre septiembre de 1986 y junio de 1989 fue Asesor Ejecutivo del Ministro de Justicia. Después ha sido fiscal del Tribunal Supremo y fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid.
En 2003 llegó a enfrentarse en los tribunales con el entonces ministro de Justicia, José María Michavila, pero este fue absuelto.
En 2004 fue elegido de nuevo fiscal jefe del Supremo y en 2007 el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, le ofreció ser el nuevo ministro de Justicia, en sustitución de Juan Fernando López Aguilar. El jefe del Ejecutivo quería a alguien más duro para acordar el Pacto por la Justicia con la oposición. Él aceptó.
Al frente del ministerio se ha encontrado con diversos problemas, especialmente en la segunda legislatura de Rodríguez Zapatero. Ha sido el primer ministro en enfrentarse a una huelga de jueces en España. Los magistrados exigen la modernización de la Justicia. La gota que pudo colmar el vaso fue la sanción al juez Tirado por el caso Mari Luz.
Además, hace unos días se hizo público que Fernández Bermejo estuvo de cacería con el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, que investiga el caso Gürtel de corrupción, que ha salpicado a varios miembros del PP. El ministro no se ha cansado de decir que fue una coincidencia y que nunca habló del asunto con el magistrado durante la jornada cinegética.
Sin embargo, y aunque al principio el PSOE ha dado públicamente su apoyo a Bermejo, al final cada vez más voces han mostrado su molestia por la cacería. Entre ellos, Patxi López, candidato del PSEE a lehendakari, y el presidente del Congreso, José Bono.
Y este medio se pregunta, ¿conseguirá Caamaño reconducir el estado de la justicia en nuestro país?